Seguramente que sí. Y si no es así, me atrevo a pensar que los has
visto en muchas otras sin saber de qué se trata. Sin embargo, deben ser
considerados como un mueble bien atractivo. Los puffs, ante todo, están
diseñados para facilitar tu comodidad. Por ejemplo sirven para reposar los
pies, sentarte, tomar una siesta, hasta para guardar cosas; en fin, todo lo que
se te ocurra según el diseño especifico de cada tipo de puff. Sin embargo,
pueden ser pensados para complementar la decoración del hogar. Por ello,
veremos las ventajas de los puffs
para decorar
Mesa de centro: Los puffs son ideales
para sustituir la clásica mesa central o de café en la sala. Para este fin,
elige un modelo bajo pero con relleno sólido. Lo puedes colocar entre los sofás
y butacas o sobre una alfombra de área.
Como asientos: Es, quizá, el uso más popular
que se le da a un puff. Los ovalados y cuadrados son excelentes para la
biblioteca o la terraza. ¿Lo mejor? Se pueden apilar y almacenar con facilidad.
En el clóset: Si tienes un armario tipo
vestier, lo suficientemente amplio para caminar dentro de él y requieres alguna
pieza para apoyar tu ropa o sentarte, un puff es una excelente opción. Las
líneas que se encuentran en el mercado abarcan desde los clásicos tapizados en
cuero o gamuza, hasta los que tienen detalles étnicos.
Para los niños: Los puffs más pequeños son
una gran inversión para el cuarto de los niños. No solo podrán jugar con ellos,
serán utilitarios. Los textiles de lunares, rayas marineras y los felpudos
pueden ser el complemento ideal para una guardería o hasta su adolescencia.
Como ottoman: ¿Te
gusta sentarte a leer un libro o a ver televisión con los pies en alto? Pues un
puff es lo que falta a tu espacio. Si lo vas a usar de esta manera, elige uno
en la misma gama de colores de los muebles o, para un efecto shocking, busca
uno en tonos neón o estampados interesantes.
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