jueves, 8 de octubre de 2015

¿Has escuchado hablar alguna vez de los puffs?

Seguramente que sí. Y si no es así, me atrevo a pensar que los has visto en muchas otras sin saber de qué se trata. Sin embargo, deben ser considerados como un mueble bien atractivo. Los puffs, ante todo, están diseñados para facilitar tu comodidad. Por ejemplo sirven para reposar los pies, sentarte, tomar una siesta, hasta para guardar cosas; en fin, todo lo que se te ocurra según el diseño especifico de cada tipo de puff. Sin embargo, pueden ser pensados para complementar la decoración del hogar. Por ello, veremos las ventajas de los puffs para decorar

Mesa de centro: Los puffs son ideales para sustituir la clásica mesa central o de café en la sala. Para este fin, elige un modelo bajo pero con relleno sólido. Lo puedes colocar entre los sofás y butacas o sobre una alfombra de área.

Como asientos: Es, quizá, el uso más popular que se le da a un puff. Los ovalados y cuadrados son excelentes para la biblioteca o la terraza. ¿Lo mejor? Se pueden apilar y almacenar con facilidad.

En el clóset: Si tienes un armario tipo vestier, lo suficientemente amplio para caminar dentro de él y requieres alguna pieza para apoyar tu ropa o sentarte, un puff es una excelente opción. Las líneas que se encuentran en el mercado abarcan desde los clásicos tapizados en cuero o gamuza, hasta los que tienen detalles étnicos.

Para los niños: Los puffs más pequeños son una gran inversión para el cuarto de los niños. No solo podrán jugar con ellos, serán utilitarios. Los textiles de lunares, rayas marineras y los felpudos pueden ser el complemento ideal para una guardería o hasta su adolescencia.

Como ottoman: ¿Te gusta sentarte a leer un libro o a ver televisión con los pies en alto? Pues un puff es lo que falta a tu espacio. Si lo vas a usar de esta manera, elige uno en la misma gama de colores de los muebles o, para un efecto shocking, busca uno en tonos neón o estampados interesantes.

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