Abril de 2009,
Venezuela
Es de noche y está muy oscuro. Las luces
de las pantallas de teléfonos celulares y cámaras digitales parecen
luciérnagas desorientadas. De un momento a otro se visualiza, por unos
segundos, la palabra KISS en un gran telón que, negro como la noche, cubre el
escenario. Este cae y parece que acciona 6 volcanes de fuego. Paul
Stanley se ubica hacia el centro y se inclina, al mismo tiempo que toca con
furia la guitarra. Atrás, Gene Simmons, esa icónica figura del Rock, con
su gran lengua, canta las primeras frases de Deuce, la canción con la
que abrieron el concierto.
Es difícil describir la mezcla de
emociones. No sé si sentir nostalgia, cantar las canciones a todo pulmón
o tomar fotos. De cierta forma, en medio del éxtasis de esa intro
tan poderosa, fundo mis sentimientos y acciones en una sola actitud y entro en
una especie de trance. Disfruto, en toda la extensión de la palabra, el
concierto, y es que mí euforia no puede ser menor al ver una banda con
más de 35 años de carrea musical y 28 discos de
oro.
El maquillaje, que dejaron de utilizar desde
1983 hasta 1996, siempre ha tenido como fin transmitir una identidad propia
que, en vez de esconderlos, logra una extraña conexión con el público. Miro a
Gene, quien saca la lengua mientras el público
enloquece.
Me parece mentira, instantes previos al
concierto, haber estado en la sala VIP, a solo unos metros de estos grandes
rockeros, que reían y tomaban algo antes de salir al escenario, una escena muy
diferente a ese ambiente de drogas y groupies que en algún momento
pensé encontrar.
Creo que me gocé ese concierto como nadie,
definitivamente las experiencias son mil veces más importantes que las
posesiones.
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Foto de mi colección personal, tomada en Caracas - Venezuela |
Abril de 2015, Bogotá
Las vueltas de la vida me han trasladado
a la capital colombiana, y como siempre estamos en el lugar adecuado, voy
a ver de nuevo a Kiss en su gira 40+Aniversary World Tour. Para un gran fanático del Rock como
yo, cada concierto, cada ocasión en que escucho una de sus canciones, cada
contacto con la banda es una experiencia diferente.
Ya tengo listo mi kit de Fotografía para
capturar a la banda en vivo, espacio en el cual un grupo de rock
despliega todo su potencial artístico y musical.
Algunos se preguntarán ¿Para qué tomarles
fotos una segunda vez? He ahí una de las bellezas de mí profesión: podemos
fotografiar a una persona, lugar u objeto mil veces, y cada toma será diferente
a la anterior.
Por eso,
y parafraseando el título de una de sus canciones, he decidido que mi
vida, en gran medida, consista en: Rock and Roll All Night photograph every
day.
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